Saber componer una fotografía es tener más de medio
camino andado para ser un buen fotógrafo. Aprenderemos aquí las nociones
básicas de composición.
La composición fotográfica
Dominar la composición en fotografía es tan importante como dominar la iluminación.

En esencia, la composición es elegir la posición que tendrán los elementos dentro de una fotografía.
En una manera figurada, si estos elementos y la iluminación son el vocabulario a disposición del fotógrafo, la composición es la gramática que se usa para hacer que ese vocabulario tenga un sentido y cree una frase.

La definición más completa de composición que usaremos de ahora en adelante es la que la describe como el proceso de seleccionar, disponer y enfatizar las partes que componen una imagen para apoyar y sustentar el mensaje que el fotógrafo pretende transmitir.

Saber mirar
Cuando un fotógrafo domina la técnica fotográfica, cuando tiene el mejor equipo a su disposición y cuando maneja con soltura todos los aspectos de la iluminación, aún puede faltarle una capacidad fundamental para ser un buen fotógrafo. Esa capacidad es la de Saber mirar.
Saber mirar es la habilidad de observar qué tenemos delante y visualizar mental e inmediatamente cómo eso quedará enmarcado dentro del cuadro de la foto. Es la habilidad más importante del responsable de tomar la fotografía porque, no sólo determina qué elementos visuales aparecerán en la imagen, sino también cómo influirán estos a la hora de disparar.

Mucha gente cree que saber mirar es un don pero la realidad es que casi cualquiera puede aprender a hacerlo conociendo los procesos cerebrales de la percepción de la información visual.
Comparado con la mayoría de las cualidades que se requieren para ser un buen fotógrafo, aprender a mirar es relativamente fácil de mejorar pero puede suponer un gran reto y requiere, además, de mucha práctica.

La composición y el saber mirar, están íntimamente relacionados, incluso hay quien usa los términos con el mismo significado. Sea como sea, existe una serie de reglas que nos ayudarán a ambas cosas y nos servirán de guía para organizar las formas dentro del espacio visual que tengamos disponible. Todo esto teniendo un sentido de unidad para que el resultado sea armonioso y estéticamente equilibrado.

En resumen, componer es igual a crear. La mayor parte de las buenas fotografías han sido creadas. Por tanto, si se quieren crear fotografías, hay que familiarizarse con algunos principios de la composición que estudiaremos en este capítulo.
La verdadera fuerza de una buena imagen radica en la combinación de un motivo y una composición vigorosa; lo que se decide dejar fuera de la imagen es tan importante como lo que se incluye en ella.
El encuadre en fotografía
Sacar una foto es encuadrar una parcela del mundo. Todo en la composición gira en torno al encuadre.

Los bordes de la imagen son tan importantes como la imagen en sí misma a la hora de componer una foto. Los márgenes de la imagen no sólo apoyan la composición sino que pueden ser la referencia para la orientación de otras líneas dentro de ellos. Por ejemplo, rotando el encuadre, nosotros podemos transformar un tranquilo horizonte en una diagonal que le dé dinamismo a la imagen y una sensación de desequilibrio y confusión.

Los objetos y las formas de una escena pueden ser usados como un cuadro natural dentro de una imagen. Esta técnica de encuadre consiste en enmarcar determinada parte de la escena con los elementos que tenemos en la misma. Un puente, una ventana, un espejo, etc. En nuestro día a día encontramos infinidad de cosas que pueden servirnos de marco natural.

En cuanto a la dirección y al formato del encuadre podemos decir que éstos pueden ser, horizontales, verticales, cuadrados o panorámicos.
El encuadre horizontal es también conocido como formato apaisado y es el más habitual. Esto es porque es la posición natural de la cámara de fotos y porque parece que la visión horizontal es la que más se acerca a nuestra manera cotidiana de ver el mundo.

Transmite sensación de estabilidad y dirección dándole énfasis al horizonte.
En el ámbito de la composición, la línea central vertical de un formato horizontal es considerada como "zona peligrosa" ya que puede dividir la imagen en dos y parecerá que tiene dos partes si no es la intención del fotógrafo y no ha cuidado los detalles a ambos lados.

El encuadre vertical es menos frecuente en fotografía de paisaje y mucho más común en retratos, especialmente en los de medio cuerpo. El formato vertical da énfasis a las líneas o los planos verticales y exagera la profundidad del primer plano y el fondo de la foto.

El formato vertical suele tener líneas que atraviesan el cuadro en diagonal de manera más pronunciada porque los ángulos de la fotografía son, con frecuencia, más marcados.
El formato cuadrado había caído en desuso con la casi desaparición de la fotografía Polaroid y de medio formato pero en la actualidad, aplicaciones para móvil como Instagram han hecho que vuelva a estar de moda.

El encuadre panorámico permite ver una parte de la escena mucho más amplia. Es usado con más frecuencia en fotografía de paisajes.
Los planos en una fotografía
Un factor importante en la composición es elegir el tipo de plano que tendrá nuestra fotografía.

Esa distancia la determina el tamaño del motivo fotografiado y el espacio que hay entre este motivo y la cámara. Por supuesto, también juega un papel fundamental la óptica empleada para sacar la foto que podrá acercar o alejar la escena.
Para clasificar los planos de la imagen se toma como base la figura humana. Según esto los planos pueden ser Generales, Medios o Cortos. Dentro de estos, existen más tipos de planos.
Planos Generales
Gran plano general: En este tipo de imágenes la figura humana queda muy reducida dentro del encuadre. Aquí lo que adquiere importancia es el escenario.
Plano general: El individuo fotografiado ocupa una cuarta parte de la altura del cuadro por lo que puede ser reconocido sin ser el protagonista de la imagen.
Planos Medios
Plano Americano o Plano Medio Largo: En este tipo de planos la figura se corta, más o menos, por la altura de la rodilla. Se llama plano americano porque era uno de los más habituales en el cine clásico estadounidense. Aunque es más frecuente en cine que en fotografía, con este tipo de planos podemos ver dónde está situado el protagonista de nuestra foto y a la vez apreciar sus rasgos.
Plano Medio: El plano medio es aquel que corta al sujeto por la cintura. Con él podemos ver con claridad su expresión y esto lo hace ser uno de los más utilizados en fotografía.
Planos Cortos
Primer Plano: En este plano el individuo se corta a la altura de las clavículas. Lo más importante en este tipo de fotos es el rostro, olvidándonos del resto del cuerpo y del entorno en el que está el sujeto. Expresa mucho mejor los pensamientos y los sentimientos y es, lógicamente, el más utilizado en retratos.
Primerísimo Primer Plano: En este tipo de fotos la cabeza del sujeto aparece cortada a la altura de la frente por arriba y de la barbilla por abajo. Lo importante son los ojos y la boca. Este tipo de imágenes acentúa la subjetividad del primer plano dándole completo protagonismo a la expresión del modelo.

Plano detalle: El plano detalle representa sólo una parte del cuerpo o del objeto. Esto produce que la trasmisión de emociones casi se anule. Es muy utilizado en fotografía de producto para enseñar las características de los materiales.
Angulación del encuadre
La altura desde la que tomemos una foto cambiará, no
sólo cómo vemos los objetos, sino también la sensación que éstos nos
producen.
La angulación en fotografía es el modo en el que organizamos la
visión a la hora de sacar una foto. En función de esta angulación el
punto de vista de la escena podrá cambiar por completo haciendo que
veamos la realidad de un modo que no es habitual para el ojo humano.
Cualquier otra angulación se sale de lo habitual y, por lo tanto, añade significación a la toma.

Buscar un buen ángulo para la toma fotográfica consiste en acechar a nuestra "presa gráfica" y estar alerta ya que cualquier pequeño desplazamiento de poca distancia puede generar composiciones diferentes que serán más o menos afortunadas.

1.El sujeto principal de la escena debe mostrar hacia la cámara el lado que nos interesa tomar, el cual puede ser, según la intención del fotógrafo, cualquiera de los muchos frentes que el tenga.

3. Los planos anteriores al motivo que queremos destacar deben estar limpios de cualquier otro elemento sobrante que interfiera en su visualización, a no ser que lo coloquemos en el encuadre con fines compositivos.

Tipos de ángulos
Los ángulos de toma se dividen en cuatro tipos, según el nivel de altura con respecto al motivo desde el cual se realicen. Cada uno de estos tiene su connotación particular y añade significado a la imagen. Esto debe ser conocido por el fotógrafo para utilizarlo a su favor de manera consciente.
Ángulo normal o medio: Es cuando la fotografía se realiza desde el mismo nivel del objeto tomado, ni por encima ni por debajo de él. Sirve para mostrar o describir algo de manera natural u objetiva.

Ángulo picado: Es cuando la imagen se toma desde una posición más alta que el objeto fotografiado, esto es, de arriba hacia abajo. Debido a la perspectiva que se produce el motivo parecerá más pequeño de lo que en realidad es. Cuando se utiliza con personas puede añadir a la imagen connotaciones negativas como dar la impresión de poca importancia, debilidad o humillación.

Ángulo Contrapicado: Es cuando la fotografía se realiza desde un lugar más bajo que el motivo tomado, quedando este más alto que la cámara.
Debido a la perspectiva que se genera, el objeto se aprecia engrandecido visualmente. Puede, en algunos casos, connotar enaltecimiento, importancia o poder.

Ángulo Cenital: Es cuando la imagen se toma en un ángulo totalmente de arriba hacia abajo, en posición perpendicular con respecto al suelo. Es decir, lo más extremo posible de una toma en picado.
Produce una gráfica sin perspectiva que puede ser muy descriptiva si se aplica a objetos pequeños e inusual e interesante si se usa con elementos grandes.
Perspectiva fotográfica
Una de las claves para dominar la fotografía es saber cómo la perspectiva afecta a la imagen.
La perspectiva es el mejor procedimiento para crear una sensación
tridimensional en una fotografía. Hace referencia a la dimensión de los
objetos y a la relación espacial que hay entre ellos con respecto a un
punto de vista.
Cuando vemos una foto estamos viendo una representación bidimensional de una escena tridimensional. Las mejores composiciones pueden ser creadas aplicando los conceptos de la perspectiva al convertir una escena de tres dimensiones en una de dos.

Tipos de perspectiva
Perspectiva por superposición: Aunque suene a obvio, no está de más decir que cuando vemos un objeto que tapa la visión de otro, el primero de ellos es el que está más cerca del espectador. Esta es la manera en la que nuestro cerebro se da cuenta de las distancias. Esto se llama perspectiva por superposición y provoca sensación de profundidad en las fotografías que aumentará a medida que los objetos superpuestos sean más numerosos.
Perspectiva lineal: En este tipo de perspectiva las líneas paralelas parecen converger en un punto en el horizonte llamado Punto de fuga. La sensación de profundidad es puramente ilusoria sin embargo esta ilusión constituye una técnica de composición muy importante.

El ojo estima la distancia en base a la disminución de tamaño de los objetos y al ángulo en que las líneas convergen. Del objetivo y de la distancia dependerá el que la imagen resulte con mucha o poca profundidad.

Perspectiva atmosférica o aérea: Aunque el aire es considerado transparente por casi todos nosotros, en fotografía hay excepciones. Cuando sacamos fotos de motivos que están a gran distancia el aire va perdiendo transparencia ya que está lleno de partículas de vapor de agua, polvo, polución, etc. Estas partículas son capaces de cambiar la dirección de la luz por lo que los motivos a grandes distancias parecen tener una especie de velo o niebla.

Perspectiva forzada: Este tipo de perspectiva manipula la percepción del ojo humano con el uso de ilusiones ópticas que hacen que los objetos aparezcan más grandes, más pequeños, más cercanos o lejanos de lo que lo están en realidad.

En las imágenes con la perspectiva forzada el fotógrafo juega a poner en el mismo plano elementos que no lo están y crear así una composición que haga creer al ojo que podemos coger el sol con nuestras manos o intentar poner derecha la Torre de Pisa.
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